jueves, marzo 15, 2007

Educación a medias.


A mi madre que me educó.

La educación de México es un tema abordado históricamente por los diferentes actores de nuestra sociedad y en definitiva es una problemática que necesita ser atendida con voluntad y conciencia política-social urgente. No es necesario ser analista en la materia para darse cuanta que nuestro sistema educativo es arcaico y falto de un paradigma que afronte las necesidades actuales. Los problemas son agobiantes y severamente complicados sólo con mencionar al sindicato de maestros que se ha empeñado en impedir el desarrollo de un método pedagógico eficaz, la falta de voluntad política para resolver estas carencias internas, la pobreza extrema que genera deserción en las aulas, el territorio complejo para impartir cruzadas educativas, etc. Estas situaciones sólo reflejan la poca educación cívica y la carencia de una educación escolástica en nuestra sociedad. Me refiero a educación cívica, al conjunto de valores que hacen posible la convivencia entre individuos en una sociedad determinada, estos valores se aprenden, en una primera instancia, en el primer núcleo social: la familia; luego entre los diversos grupos sociales en donde se desarrolla el ser humano. La educación escolástica se encarga de generar el pensamiento social para un mejor desarrollo del país y se genera en primera instancia en las aulas que, a su vez se nutren de las diferentes ciencias y tecnologías desarrolladas. Estas dos formaciones se relacionan entre sí, desarrollándose a lo largo de la vida del individuo y son condicionadas por los diversos núcleos ideológicos, políticos, económicos y sociales. Las tipologías, junto a otros criterios, están estructuradas y fundamentadas en un proyecto de nación. Es decir, en nuestra constitución está expreso (artículo tercero) el cómo debería de ser y funcionar nuestro sistema educativo, empero, contrasta más con la realidad ya que es el gobierno el principal responsable de la carencia en este sector, falta revisar el último presupuesto federal para darse cuanta el escaso recurso que se reparte en materia educativa; esta situación no es nueva y está bastante masticada. Pero si no es el gobierno, ¿quién? Nadie. Sin embargo, hay algunos intentos por parte de la sociedad civil, un ejemplo de esto se vive en Zacatlán de las Manzanas, en la comunidad de las 20 casas. La Fundación Amparo, emanada del Monte de Piedad, ha desplegado un proyecto (el cual me parece loable pero insuficiente y falto de prospectiva) educativo a nivel preescolar muy diferente al resto de la región. Ahí, aparte de mejorar las condiciones de vida de algunas familias, más de cuarenta niños toman clases de preescolar con un nivel adecuado para su desarrollo, pero he aquí el inconveniente, si bien es cierto que el niño estará en su primera fase educativa en un ambiente potente, ¿cuál es su futuro?. El siguiente paso para estos niños será la escuela primaria más cercana, incorporándose al sistema educativo real que tenemos, es decir, la pregunta para los creadores de este tipo de iniciativas es: ¿Por qué no desarrollar un proyecto educativo que rinda frutos a largo plazo con generaciones que relámete transformen, años más tarde, a su comunidad? Lo que se hace es bueno, la gente realmente se beneficia, pero, por qué dar migajas cuando se tienen las posibilidades económicas para realizar un banquete. La prospectiva va encaminada a crear una escalera educativa desde el nivel preescolar hasta el medio superior en donde varios proyectos, gubernamentales o no, unan esfuerzos e ideas para sacar adelante generaciones que años mas tarde generen cambios, primero en su contexto regional y luego en el país. Sólo en este tipo de circunstancia es donde se pueden formar agentes de cambio social, donde la educación demuestra lo importante de su existencia y aplicación, donde un niño de la comunidad de Potzcuaxingo tenga la oportunidad de desarrollarse y tenga armas para generar el desarrollo profundo que tanto necesitamos. El tema es complejo y requiere de un verdadero análisis que este ensayo no cumple. Mientras tanto hay que seguir preguntando, escribiendo y actuando.

Este ensayo se formuló por un recorrido el año pasado en la sierra de Puebla, México. En dicho paseo conocí la comunidad de las 20 casas, en el barrio de Potzcuaxingo. Perdón por la demora.


2 Comments:

Blogger Sandra Balaam said...

Aloo amigo, este escrito tiene toda la razón del mundo, y como el mundo es complejo, como la sonrisa de un niño, como el saber educar o simplemente educar.
Un abrazo enorme, que estés bien, saludos desde la cantera rosa
Suerte.

1:04 a.m.  
Blogger Unknown said...

Casi todos los problemas del mundo provienen, en último término, de la educación. ¿Será por eso que al poder no le interesa educar al pueblo? Es más fácil gastar el dinero público, dinero que damos todos nosotros, en instalar cámaras de videovigilancia, vender armas, meter a todos en la cárcel...
¿Educar? ¿Para qué?

6:58 a.m.  

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